miércoles, 15 de junio de 2011

La poesía es singular

Alguien me dijo que
poesía
podía escribirla cualquiera.

He soñado con aquella frase
y me he despertado en calma,
blanca y serena y sin rimmel en las ojeras.

Entonces... 
¿Todos sentís otra vida en el estómago?
¿Y las palabras atascadas en la garganta
os hacen escupir sangre?
¿Y hay días
en que sólo véis negro y sombra?
¿Y se os llena la habitación de monstruos?
¿Y no lográis poner orden?
¿Y tenéis un miedo constante
a olvidaros de quién sois?

Dejadme sentir que no,
que es algo personal,
que el terror no está en todas las calles,
en todos los cuerpos y casas,
y en casi todas las noches,
cuando no me abrazas.

domingo, 12 de junio de 2011

Crónicas de un flash

Me identifico con todas las locas. Con todas las locas del mundo.

Soy Sarah Polley en Mr. Nobody, tirada en la calle bajo una lluvia torrencial. Soy Virginia Woolf entrando en el río con piedras en los bolsillos. Soy Alejandra Pizarnik puesta de anfetas. Soy todas esas mujeres que algunos días se miran las manos y no se reconocen. Soy el llanto desgarrado y los gritos de aquellas que no saben qué les ocurre. Soy Francoise Sagan en el hospital. Soy una mujer que sangra.

Pero me estoy olvidando. No consigo recuperar los recuerdos. Todo se distorsiona y en mi cabeza sólo hay nubes.
Soy veinteañera con alzheimer.

martes, 24 de mayo de 2011

Francoise Sagan atrapada en el hospital

"J'ai peur et je suis lasse d'avoir peur" 
"Tengo miedo y estoy cansada de tener miedo"

(Tóxica, Francoise Sagan)


Le gustaba sentir el aire enredándole a tirones el pelo mientras conducía a toda prisa su Aston Martin con, quizá, una rayita de coca en los pensamientos. Pero todo se volvió negro, y saltó por los aires, como aquella huidiza lancha en que viajaban Teresa Mendoza y Santiago Fisterra (allá en otra historia y otro contexto). 

¿Cómo no iba a tener miedo? Quien habiendo besado a Ava Gardner ahora sólo besaba ampollas de morfina 875. ¿Quién le iba a decir que la peor de las drogas llegaría con receta? Que después de quedar destrozados ella y su coche, le suministraron adicción para calmar el dolor. ¿Qué le iba desintoxicar si no la literatura de Proust y de Rimbaud y de Apollinaire y el césped traicionero que a veces acoge y otras repugna?

"Creo que ya no estoy enamorada de Nadie
-Esta terrible constatación bien vale un apartado. 
A mi pesar, tengo, pase lo que pase, 
el pensamiento o la escritura literarios.-"

Y ojalá, mi amiga burguesa francesa, ojalá que quien te ahogara en 2004 no fuera el miedo sino una embolia de tanto amar. ¡Qué plenitud la tuya al morir en la edad que en número simboliza el sexo!

lunes, 9 de mayo de 2011

Hoy me he comido el mundo

.
Esta mañana, en pleno arrebato de entusiasmo, subí a la cama y arranqué el póster de Arno Peters de la pared. 

Como cuando los niños se enfadan, pero con una sonrisa enorme en la cara, lo apretujé entre mis manos y lo hice bola de colores arrugados. Tardé más de veinte minutos en poder tragármelo. Muerde, que te muerde. Saliva, que te saliva. Chupa, que te chupa. Pero al final logré que la bola semi desecha bajase campante por mi garganta y acampase en mi estómago.

En plena disgestión he salido a la calle a caminar. Me sentía la persona más cosmopolita del planeta.


Pero, como todo manjar, esto sólo durará...

...hasta que vaya al baño.

lunes, 25 de abril de 2011

En homenaje a Rosa Amalfitano

Cajitas de plata labrada. Aparentes pastilleros. Coleccionismo de soma.
Pesos mejicanos convertidos en nieve. Veneno para su inteligencia.


Imagínate a Aitana Sánchez-Gijón con ventidós años. Esnifando en la esquina de una habitación oscura de Ciudad Juárez. Aitana que no es Aitana, pero que se parece a Aitana en La puta y la ballena. Rosa Amalfitano. La Carmen del norte de Méjico. Vestido rojo y piernas tostadas. Mirada abismal. Española de encaje y sabor a almendra. Un Perfume en el basurero clandestino que es esa ciudad de Chihuahua. Mujer misteriosa e intelectual, de curvas rebosantes. Una diosa clavándose alfileres por la nariz.


Aún no lo sabes, pero quieres invitarla a bailar un tango en el desierto.
Llevártela después a Europa y huir de la barbarie.



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Este post lo escribí en mi anterior blog (ya cerrado con candado) y lo repongo aquí porque, como el ave fénix, renazco de mis cenizas.

Bienvenidos a mi nueva casa y a mi recién nacida identidad.